Calvino - Comentario 2 Timoteo

Calvino – Comentario 2 Timoteo

Calvino – Comentario 2 Timoteo es el comentario de Calvino sobre esta primera epístola a Timoteo sobre asuntos del ministerio.






CAPITULO PRIMERO
1. Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de
la vida que es en Cristo Jesús,
2. a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de
Jesucristo nuestro Señor.

1. Pablo, apóstol. Desde el mismo principio podemos darnos cuenta de que
Pablo no pensaba sólo en Timoteo al escribir su epístola; de otro modo él no
hubiera empleado títulos tan eminentes al afirmar su apostolado; porque
¿qué objeto hubiera tenido emplear estos adornos en el lenguaje al escribir a
uno que ya estaba plenamente convencido del hecho?

Por tanto, Pablo reclama esa autoridad sobre todos, que pertenecía a su carácter público; y lo hace más diligentemente porque, estando cercano a la muerte, desea asegurar la aprobación del curso total de su ministerio, (“Aunque, en todo lo que Pablo nos ha dejado en forma escrita, debemos considerar que es Dios el que nos habla por la boca de un hombre mortal, y que toda su doctrina debe ser recibida con tal autoridad y reverencia como si Dios visiblemente apareciera desde el cielo, no obstante, hay en esta epístola un asunto especial que tiene que tomarse en consideración: que Pablo, estando preso, y conociendo que su muerte estaba próxima, deseaba ratificar su fe, como si la hubiera sellado con su sangre. Así que, entonces, tan frecuentemente como leamos esta epístola, pensemos siempre en la condición en que se encontraba Pablo en aquella época; es decir, que él no buscaba otra cosa sino morir por el testimonio del Evangelio (lo cual realmente hizo), como su abanderado, para darnos una segundad más firme de su doctrina, y que nos afectara en forma más enérgica. Ciertamente, si leemos esta epístola con ás cuidado, descubriremos que el Espíritu de Dios se ha expresado a sí mismo en tal forma, con tal majestad y poder, que no podemos menos que sentirnos cautivados y anonadados. Yo, por mi parte, sé que esta epístola me ha sido de más provecho que cualquier otro libro de la Escritura, y todavía me es provechosa cada día; y si alguno la examina cuidadosamente, no hay duda de que experimentará el mismo resultado. Y si deseamos rener un testimonio de la verdad de Dios, que penetre hasta lo íntimo de nuestro corazón, es mejor que nos concentremos en el estudio de esta epístola; porque uno debe estar en un profundo sueño, y debe ser extraordinariamente estúpido, si Dios no obra en su alma cuando oye la doctrina que de esta carta se desprende.” Fr. Ser.), y sellar su doctrina, que tan arduamente se había esforzado por enseñar, para que fuese tenida como
sagrada por la posteridad, y para dejar una verdadera imagen de ella en Timoteo.

Calvino – Comentario 2 Timoteo 54p (b)

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