Ramsbottom – Doctrinas bíblicas simplemente explicadas.pdf Este libro es bueno para usar con nuevos convertidos y niños y jóvenes. 47 pgs
Tabla de Contenido
Introducción………………………………………………………………………………………………………….3
Capítulo 1: Dios……………………………………………………………………………………………………..5
Capítulo 2: La Biblia………………………………………………………………………………………………9
Capítulo 3: La creación…………………………………………………………………………………………12
Capítulo 4: El hombre…………………………………………………………………………………………..14
Capítulo 5: La persona de Cristo…………………………………………………………………………..17
Capítulo 6: El Espíritu Santo………………………………………………………………………………..19
Capítulo 7: Elección……………………………………………………………………………………………..22
Capítulo 8: Redención………………………………………………………………………………………….24
Capítulo 9: La resurrección…………………………………………………………………………………..26
Capítulo 10: El nuevo nacimiento…………………………………………………………………………29
Capítulo 11: Santificación…………………………………………………………………………………….33
Capítulo 12: La providencia………………………………………………………………………………….36
Capítulo 13: Seguridad eterna……………………………………………………………………………….39
Capítulo 14: Las últimas cosas………………………………………………………………………………42
Cristo murió por los impíos (por Horario Bonar)……………………………………………………45
Extracto del Libro
Capítulo 13: Seguridad eterna
Hace unos años un hombre nos relató su historia. Cuando era joven, Dios lo
había bendecido, y por un tiempo era muy feliz. Luego, poco a poco, fue sintiendo
que estaba en oscuridad. Ya no podía sentir las bendiciones de Dios. Pensó que Dios
lo había abandonado y que lo había rechazado para siempre. No teniendo con quién
hablar, y al no conocer a ningún pastor que pudiera ayudarlo, se sentía totalmente
infeliz, creyendo que estaba perdido.
Un día acudió a la iglesia. Con tristeza tomó un libro de oraciones (era una iglesia
anglicana) y sin pensarlo, comenzó a hojear las páginas. De pronto, para sorpresa
suya, estaba leyendo los 39 Artículos de Fe y, por primera vez, leyó que Dios nunca
desecha a quienes ha bendecido. Él los ha escogido, los ha predestinado, Jesús murió
por ellos —así que nunca jamás se perderán. El joven salió de la iglesia más feliz que
nunca.
La Biblia enseña claramente esta verdad: que el pueblo de Dios nunca puede
perecer. Aunque los suyos se sientan deprimidos o tristes, aunque caigan en
tentación, aunque sientan que Dios los ha abandonado; aunque sufran la oposición
continua de Satanás, la seguridad de los escogidos de Dios es eterna.
Recuerdo vívidamente cuando uno de mis hijos pequeños subió por primera vez a
un tren. En cuanto el tren salió de la estación, pasó sobre los remaches de los rieles.
Se oyó un ruido ensordecedor, y, alarmado, el niñito exclamó:
—¡Nos salimos de las vías!
Pero su hermano mayor, quién había viajado antes en tren, lo calmó diciendo:
—No, el tren no se sale de las vías.
De la misma manera, cuando aparecen los problemas y las dificultades, muchos
jóvenes cristianos piensan que Dios los ha abandonado, pero los cristianos más
maduros saben la bendita verdad: “Una vez en él, en él para siempre”.
Por supuesto que esto no nos debe sorprender. ¿Podría un pastor estar feliz si una
de sus ovejas se le pierde? ¿Podría un rey sentirse feliz si se perdiera una de las
diademas de su corona? ¿Y cómo podría Dios perder a aquellos que ha amado y
escogido? ¿Cómo puede Jesús perder a los que compró a tan alto precio? ¿Cómo
puede el Espíritu Santo perder a aquellos en cuyo corazón él mora?
Recordemos siempre las tres “P”:
1. La promesa. El Señor ha prometido a su pueblo que nunca serán desechados,
ni permitirá que vayan al infierno al final. “Yo les doy vida eterna; y no
perecerán para siempre, ni nadie los arrebatará de mi mano” (Juan 10:28).
2. La plegaria. El Señor Jesús, antes de morir, oró por todo su pueblo: que
fueran guardados y al final fueran al cielo. “Padre, aquellos que me has dado,
quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi
gloria que me has dado” (Juan 17:24). Esa plegaria tiene que ser contestada.
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3. El poder. Somos “guardados por el poder de Dios”(1 Pedro 1:5). La palabra
“guardados” realmente significa “guarnecidos”, rodeados de una fuerte
guarnición de soldados. Esa guarnición constituye el mismo poder que creó al
mundo.
La verdad de que los creyentes no pueden perderse es una hermosa realidad para
los jóvenes que pertenecen a Cristo. Ellos saben cuán débiles son, y cuán fuerte es
Satanás. Piensan en los muchos años que aún les queda por vivir. Sienten la
severidad de la lucha. Pero saben que en Cristo hay seguridad. ¡Qué milagro el que
Jesús nunca haya perdido a nadie y que nunca lo perderá! Los jóvenes viven en un
mundo de cambios constantes, donde todo parece tan inseguro, y a menudo también
sienten inseguridad, pero podemos tener la certidumbre de que todo el pueblo de
Dios llegará al cielo.
Hay dos preguntas que a veces se hacen los jóvenes:
¿Qué de los que parecen ser buenos cristianos y de pronto dejan de serlo?
La Biblia nos habla de esto claramente. Menciona a varios que parecían ser parte
del pueblo de Dios quienes perecieron. Por ejemplo: Saúl, Ahitofel, Judas Iscariote,
Simón el Mago, etc. Ninguno de estos realmente pertenecía al pueblo de Dios.
¡Qué advertencia sería para los que parecen ser cristianos verdaderos, y, al final,
prueban no serlo!
¿Acaso la creencia de que “una vez hijo de Dios, siempre hijo de Dios” no tienta
al pueblo de Dios a vivir y pecar tal y como le plazca?
1. ¡NO! La gracia que nos salva, también nos santifica. La Biblia habla del león
convertido en un cordero. Entre otras cosas, ocurre un cambio de apetitos.
Podríamos poner un cordero en un gallinero y no se comería las gallinas como lo
haría un león.
Recuerdo haber leído acerca de una jovencita cristiana a quien sus amigos le
dijeron que, por haber aceptado a Cristo como su Salvador, ya ella no iba a poder
hacer lo que antes le gustaba hacer. Ella respondió:
—Sí puedo, hago lo que quiero.
—Entonces, ¿por qué no vas a bailar a la discoteca? —le preguntaron sus amigos.
—¡Porque ya no quiero! —fue su respuesta.
2. Pero si sucede que un hijo de Dios comete una falta, Dios lo castiga y lo
disciplina. Dios hace que se sienta afligido y se arrepienta, muchas veces por el efecto
de su Palabra, otras veces por efecto de las dificultades.
Todos conocemos el relato de un mal que hizo el Rey David. ¡Pero no siguió
haciéndolo! Dios hizo que David se sintiera afligido y arrepentido, y entonces lo
perdonó. Un buen padre de familia no echa fuera de su casa a un hijo cuando ha
cometido una falta. 41
3. La Biblia nos advierte acerca de los que no perseveran hasta el final. La prueba
de que realmente somos hijos de Dios es que perseveramos.
Juan Newton, quien una vez fuera capitán de barcos, contó de un sueño
extraordinario que tuvo. En el sueño se encontraba en el puerto de Nápoles cuando
subió a bordo un ser glorioso que le dio una valiosa joya. Agradecido, Juan Newton la
tomó, colmado de felicidad.
Pero subió a cubierta otra persona, y comenzó a burlarse de Newton, diciéndole
que la joya carecía de valor e instándole que se deshiciera de ella. Al final, Newton
comenzó a creerle, tomó la joya y la arrojó al fondo del mar. Inmediatamente, en su
sueño, se sintió horrorizado. El cielo se oscureció, y vio un volcán que hacía
erupción. “¡Qué es lo que he hecho!” exclamó Newton.
Al poco tiempo regresó el ser glorioso, y le preguntó a Newton dónde estaba la
joya que le había dado. Avergonzado, Newton confesó que la había echado al mar.
¿Qué sucedería ahora? Newton, en su sueño, vio cómo la persona gloriosa se lanzó al
mar, se sumergió en el agua, y, después de un momento, apareció con la joya.
Cuando regresó a cubierta, Newton extendió su mano para recibir la joya, pero el
ser glorioso dijo:
Download “Ramsbottom-Doctrinas-biblicas-simplemente-explicadas.pdf” Ramsbottom-Doctrinas-biblicas-simplemente-explicadas.pdf – Downloaded 0 times – 299.44 KB—No, la joya es tuya. Siempre será tuya, ¡pero yo la guardaré para ti!
Lecturas bíblicas sugeridas
Juan 10.
Juan 17.
Romanos 8:28-39.
Filipenses 1:1-6
1 Pedro 1:1-5.
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